Los pubs están a rebosar, el segundo de hierba va de mano en mano y la conversación existencial fluye dentro del grupo. La luz anaranjada de las farolas se mezcla con el tono azul de los coches de policía parados a ambos lados de la plaza. Azul, como aquel vestido que me encantaba y que solo te ponías cuando había algo que celebrar. ¿O era verde? No, perdón. Verde eran tus ojos. Esas dos pequeñas almendras de luz, esos relámpagos. No puedo creer que a estas alturas llegue a dudarlo. Me pongo a pensar y recuerdo aquellas tardes de césped y parque. Un perro se nos acercaba y jugábamos con él como si fuésemos la pareja más feliz del mundo. Poco después, me tumbaba sobre ti y notaba como mi corazón latía desde los dedos de los pies hasta la punta de mi nariz. ¡Siempre lo ha hecho demasiado fuerte!
El litro de cerveza ha perdido casi toda la fuerza. Lo había notado hace ya un par de “buches”, pero ando hipnotizado mirándote el pelo. Una rasta más, te haría aún más dura. Como duro me sentí el día que aprendí a hacer las maletas. Dejé de ser aquel niño cobarde con miedo a volar. Recogí todo el fuego que aún conservabas en las manos y me marché. Me daba miedo cruzar la calle que llevaba al olvido, pero los cambios son necesarios y de nuevo tus ojos fueron los que me suplicaron que me marchase.
Me pregunto qué andarás haciendo ahora. No sé si irás camino de la Universidad o del trabajo. Me gustaba que todo fuese un torbellino. Como decía uno de esos poetas actuales. “Yo me mantengo con las pocas cosas que yo tengo y con los pocos sueños que yo sueño, con las pocas cosas que me dabas tú.”
Me miras y me sonríes. Me pides que te bese y vuelvo al mundo real. Olvidaba que todavía estás aquí.
Martín se va a la guerra
Hace 7 años
Ya te lo dije cuando no sabías si publicar este tipo de cosas que llegan un poquito más dentro de ti: no eres escritor, eres un pintor de escenas. Y además impresionista, de los que a mí me gustan, así que espero que nunca sueltes el pincel porque quiero seguir leyendo mucho.
ResponderEliminarSencillamente espectacular la forma en la que consigues plasmar tantos sentimientos sin utilizar ni siquiera las palabras "te quiero". Has conseguido explicar algo intangible mediante una imagen tangible, una escena, que se puede entender fácilmente. Sigue así Andrés, que mientras escribas cosas así no dejaré de leerte :D
ResponderEliminarEstas son las cosas que me gustan de ti. Muestras los sentimientos a tu manera y hacen que dentro de casa persona nazca la necesidad de dar un beso a quien tengamos al lado en el camino.
ResponderEliminarEs sorprendente.
Te admiro.