31 de julio de 2014

A su bola

Camisetas despintadas, vaqueros gastados y un agujero en la punta de cada zapato. Rondan la treintena, y el pelo cubre sus caras desde hace semanas. Es obvio que no son familia, pero por la apariencia que tienen y la forma en la que hablan, bien podría decirse que acaban de salir de cualquier callejón de Los Banderilleros. Algunas familias pasan por su lado y los miran con un gesto entre desprecio y miedo. Ellos, como les gusta decir: “a su bola, que digan y piensen lo que quieran”
Sevilla. Alameda de Hércules. Dos menos cuarto de la madrugada. La plaza abarrotada, un banco, unos litros, y una conversación.
       ¡Qué estupidez eso de yo soy feliz si tú eres feliz! – dice mientras quita el papel de Cruzcampo que cubre la botella.
-          ¡Ojú! ¿Ya estás con las reflexiones de amargao? En serio, ¿por qué te ha dao ahora por ahí? – agarra la botella que le devuelve su compañero
-           No tío. No son reflexiones de amargao. Es que ayer vi como un chaval le decía eso a la parienta y yo creo que eso es una absoluta gilipollez.
-          – ¿Una gilipollez por qué? Si tú quieres a una tía y la ves feliz, pues eso te hace a ti estar bien. Es lógico, ¿no? – se sienta en el respaldo a la vez que pronuncia estas palabras.
-          – Pues yo creo que no. Sí tú quieres a una jipa y la vez feliz, tú lo que quieres es que lo sea aún más. Porque, aunque tú estés bien cuando a ella la ves bien, lo que realmente te gusta es ser tú el motivo de su felicidad. En el fondo somos todos unos putos egoístas. Eso de “yo soy feliz si tú eres feliz” es una patraña. Yo soy feliz si consigo hacerte feliz – un profundo trago a la cerveza acompaña el final de sus palabras.
-         – Hombre, visto así... – levanta los hombros a la vez que aprieta los labios.
-         – En serio, tío. Si tú la quieres, demuéstraselo. Búscala, sorpréndela y enamórala. Disfruta de la vida, que dura un rato y haz lo que te nazca hacer sin dejarlo para otro día. El mundo está lleno de resentías con su pareja que consideran que no les da lo que se merecen y de mongolos que no supieron cuidar lo que tenían y se aburrieron antes de darse cuenta que la felicidad está en ser feliz haciendo feliz a quién tenemos a nuestro lado. ¡Anda y que les den a todos!
                                                "La suerte nunca se olvida"                                                        (Malviviendo)

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